En un referéndum celebrado el 26 de septiembre, Suiza aprobó el matrimonio civil y el derecho de adopción de niños para las parejas del mismo sexo, convirtiéndose así en uno de los últimos países de Europa Occidental en hacerlo.
Los últimos días se observó que el obispo de Chur, Joseph Maria Bonnemain abiertamente no rechazó las uniones civiles entre personas del mismo sexo – sin llamarlos «matrimonio» – sin embargo, guardando silencio sobre la doctrina de la Iglesia sobre la depravación del comportamiento homosexual.
El 21 de octubre de 2020, Francesco declaró: «Lo que necesitamos es una ley de uniones civiles», (…) «Para que estén aseguradas legalmente. (…) Yo hablé a favor de esto».
Después del 19 de marzo de 2021, cuando recibió su consagración episcopal, Bonnemain tomó la singular decisión de no tener su propio escudo episcopal:
Un dato curioso es una de sus primeras entrevistas como obispo de Chur, cuando Bonnemain fue visto entrenando pesas en un gimnasio.
«El signo de la Cruz de Cristo es suficiente para mí. Y esto, sólo esto, usaré».
– dijo en un intervista
A la pregunta de si sus recomendaciones no eran meros «refinamientos semánticos», formulada en la televisión suiza el 17 de agosto, responde que simplemente desea que el matrimonio tradicional, con marido y mujer, con hijos y abuelos, no «caiga en el olvido», porque ese matrimonio tradicional es un «enriquecimiento» para la sociedad.
Sobre la homosexualidad, el obispo Bonnemain afirmó que «Dios nos ama a todos y siempre nos amará, independientemente de cómo nos comportemos o cómo nos sintamos; es el fundamento de nuestra fe cristiana». Por ello, instó a una «atención pastoral especializada» para las parejas homosexuales.
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